Eran dos los seres en el
cubículo, uno perdido y el otro atento a lo suyo…sin temor a nada veía cosas
que no debía, investigaba mundos que no eran el suyo y eso no estaba bien…la
oscuridad comenzaba a perseguirlo sin que él se diera cuenta, sin que nada lo
advirtiera…las puertas del cubículo comenzaron a temblar, en los techos se sentían
pasos pesados y el viento del exterior había cambiado, la habitación se volvió demasiado
fría de repente y el sujeto se abrigo, el otro yacía ido frente a un extraño
objeto que emitía luz y sonido sin sentido aparente, difícil de explicar.
Los ruidos externos se volvían
más intensos al igual que el nerviosismo de aquel segundo sujeto que ya no pudo
continuar con lo que estaba haciendo, apago el aparato que estaba utilizando
para enlazar diversos universos y se concentró en la inestabilidad de su cubículo…sabía
que aquello que se encontraba afuera estaba determinado a entrar y…muchas veces
se le cruzo por la cabeza la idea de despertar de aquel eterno sueño al sujeto
frente al aparato de las luces pero…corría el rumor de que al hacer eso, el
sujeto podría morir y…si no fallecía de todas formas era demasiado inútil para
cualquier tarea bajo presión que se le solicitara, no servía de nada.
Ya había comprobado que
nada estaba bien, el (mal) venia por el sin más remedio. Escucho que por la
ventana ya se disponía a ingresar el emisario de este maldito engendro que más
tarde vendría a buscar sus restos pero…este pequeño servidor no pudo hacer
nada, no pudo entrar al cubículo en donde residían aquellos dos portadores de
la magia, esa magia codiciada por el mal..y pudo ahuyentar al mal…solo hizo
sonar sus trompetas y este se esfumo, asustado…casi termina con su vida.
Estaba en alerta, lo iba
a estar toda la noche, pero todo se estaba calmando de a poco, de repente.
Llamo a sus protectores y estos acudieron por precaución, él se acostó en su
alcoba aunque el sueño lo esquivaba y alerta mantenía sus ojos sobre el pasillo
de ingreso, custodiado ahora por sus guardianes.
La noche pasaba y todo
la tensión y los hechos sucedidos quedaban atrás, el sueño se reconciliaba con
su ser y lo envolvía de a poco, sus ojos comenzaban a cerrar y la bondadosa
oscuridad lo llamaba.
Aquel pasillo se oscureció
de repente, una oscuridad extraña, por tramos, no era una oscuridad uniforme…era
LA oscuridad que venía por él y…ya no podía hacer nada, el sueño se había complotado
para obtener una parte de aquel sujeto, una parte del botín.
Era esbelto, muy alto,
oscuro y muy parecido a un Shinigami del folklore japonés, era El y venia por
el…¿Había algo más que se pudiera hacer?
Sus guardianes parecían no
reaccionar aunque los llamaba, era demasiado extraño y ya no sabía más que
hacer que indignarse, sufrir, llorar y…odiar!!! Odiar demasiado, odiar como
nunca antes había odiado y crear oscuridad…y la creo y supero a aquella
oscuridad que venía por el…su poder había sido mayor…todo se volvió oscuro, lo último
que pensó es sobre quien iba a ser quien de verdad se llevara el botín por la
mañana.